jueves, 16 de mayo de 2013

Arwen

Arwen era una peredhil de alto linaje, hija de Elrond, señor de Rivendel, y Celebrían, hija a su vez de Galadriel (última entre los Noldoren habitar en la Tierra Media) y Celeborn, señores de Lothlórien. Arwen era tataranieta de Lúthien Tinúviel y se contaba que en ella se vislumbraban sus hermosos rasgos. El parecido era tan grande que, durante su primer encuentro con Aragorn, el heredero legítimo a los tronos de Arnor y de Gondor, éste creyó haberse encontrado con Lúthien, y gritó el apelativo Tinúviel, llamando la atención de Arwen.

Arwen y Aragorn se enamoraron. Para consumar su unión, Arwen renunció a la vida inmortal propia de su raza. Arwen, como su padre Elrond, era medio-elfa, y podía elegir qué camino seguir: si recorrer la vida como una mortal o como inmortal, y eligió, como ya hiciera su tatarabuela la mortalidad de su amado.



Cuando Aragorn fue coronado rey del Reino Unificado de Arnor y Gondor en Minas Tirith, ambos se casaron y reinaron justamente durante 120 años. Tuvieron un hijo, Eldarion, que reinaría posteriormente en el trono de su padre, y varias hijas. Al ser Arwen descendiente directa de Beren y Lúthien, la primera unión entre hombres y elfos, su historia de amor con Aragorn adquiere un trasfondo mayor, simbolizando el retorno al mundo de antiguas leyendas y a la vez el final de éstas.

Arwen falleció de pena y tristeza por la muerte de Aragorn en el 121 de la Cuarta Edad en la colina de Cerin Amroth, en el bosque de Lothlórien, el mismo lugar en el que ella y Aragorn habían comprometido sus vidas muchos años atrás. En aquel momento contaba con 2901 años de edad.

La historia de Arwen y Aragorn se relata a lo largo de El Señor de los Anillos y de manera específica en uno de los Apéndices que concluyen esta obra.

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